El estudio realizado a nivel nacional y entre más de mil encuestados, destaca entre sus principales conclusiones que los españoles son plenamente conscientes del impacto laboral y social de las enfermedades reumáticas en los pacientes. El 90% de los entrevistados considera que estas dolencias producen un impacto significativo en la vida laboral de los afectados, reduciendo la capacidad de trabajar, y llegando incluso a producir incapacidad laboral permanente a quienes las sufren.

Las enfermedades reumáticas (ERs) son patologías crónicas, degenerativas y que conllevan un gran impacto social, económico y en la calidad de vida de quienes las padecen, así como un alto coste para el Sistema Sanitario. Según la Organización Mundial de la Salud, las ERs son la causa más frecuente de incapacidad, de origen no mental, en el mundo.

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En España estas patologías están relacionadas con el 50,7% de las incapacidades laborales y son la principal causa de bajas laborales permanentes. Entre ellas destaca la lumbalgia, la artrosis de rodilla y de mano, la osteoporosis y la artritis reumatoide, tienen una prevalencia muy elevada en España y afectan al 22,6% de los españoles mayores de 20 años.

A pesar de su prevalencia e impacto en la calidad de vida, las ERs son unas grandes desconocidas para gran parte de la población. En opinión de Rosario García de Vicuña, Presidenta de la Sociedad Española de Reumatología (SER), “existe un gran desconocimiento sobre ellas y a día de hoy persisten falsos mitos, como que frente a ellas no hay nada que hacer o que sólo afectan a personas mayores”. La falta de conocimiento de la población sobre las ERs y, en especial sobre sus síntomas puede ocasionar un diagnóstico tardío y, por lo tanto, retrasos en el tratamiento. Esto conlleva, menor posibilidad de evitar el daño estructural de las articulaciones, la disminución de la calidad de vida y el aumento del gasto sanitario. “El diagnóstico tardío puede suponer que hayan ocurrido cambios irreversibles, erosiones en el hueso o deformidades, que pudieran haberse evitado con un tratamiento más temprano”, explica la Dra. García de Vicuña, que añade: “Además, la deformidad y el dolor, llegan a interferir tanto en las pequeñas cosas, y no tan pequeñas, del día a día, que la calidad de vida no puede por menos que verse seriamente dañada”. En este sentido, Albert Jovell, Presidente del Foro Español de Pacientes, considera que el diagnóstico tardío en ERs se debe a “la falta concienciación social y a que no se ha priorizado en los planes de salud”.

Mayor conocimiento del impacto sobre la calidad de vida y la capacidad laboral

El objetivo de Conocimiento de la población española en enfermedades reumáticas es valorar lo que conocen los ciudadanos españoles sobre ERs e identificar características asociadas a este conocimiento como primer paso para evitar el diagnóstico tardío y sus consecuencias. Se trata de un estudio transversal, descriptivo y analítico de ámbito nacional, pare el que se han entrevistado a 1.009 sujetos, de los cuales el 51% eran mujeres y el rango de edad más frecuente fue de entre 30 y 44 años (29%).

De hecho, de los tres planos de conocimiento analizados en el estudio: del impacto social (bajas laborales, prevalencia), conocimiento general (qué son las enfermedades reumáticas, sus síntomas, etc.) y específico (conocimiento de cada una de las enfermedades que se comprenden bajo esta denominación como artrosis, artritis reumatoide, etc.); sobre el que más sabe la población española es sobre el impacto social del que se tiene un conocimiento medio-alto (6,2 sobre 10). Por el contrario, el conocimiento sobre aspectos específicos de enfermedades concretas es muy limitado (1,8 sobre 10) y en un punto medio se encuentra el conocimiento sobre aspectos generales con un 5,0.

Mayor conocimiento en aspectos generales por parte de las mujeres

“El 60% de la población española sabe algo, por poco que sea, de las ERs. De ellos, el 90% de ellos la conoce porque un familiar o conocido padece alguna, y el 43% lo sabe por padecer él mismo la enfermedad”, explica Pablo Lázaro, director de Técnicas Avanzadas de Investigación en Servicios de Salud (TAISS), empresa que ha desarrollado el estudio. Respecto al conocimiento específico, las ERs que más conocen los españoles son la artrosis (94% la identificaba como una ER), la artritis reumatoide (92%) y la osteoporosis (76%). Por el contrario, muy pocos identificaban como ERs la espondilitis (54%) o el lupus (10%).

El nivel de conocimiento difiere según la edad, el nivel cultural, y el hecho de que el entrevistado o algún conocido o familiar padezca una ER. “Uno de los hallazgos interesantes de la investigación es que las mujeres saben más que los hombres sobre los aspectos generales y específicos de las ERs, pero los hombres saben más de aspectos sociales”, explica Pablo Lázaro, que añade: “Probablemente esta paradoja pueda ser explicada porque las preguntas de aspectos sociales incluyen aspectos laborales, y porque, a su vez, algunas ERs son más prevalentes en mujeres”. También hay diferencias por edad, siendo los jubilados quienes más conocimiento tienen, lo que se explicaría porque a mayor edad, mayor probabilidad de haber padecido una ER o conocer a alguien que lo haya hecho y, por tanto, mayor conocimiento específico.

Necesidad de más campañas de información
Otro resultado destacable del Estudio es el hecho de que uno de cada dos entrevistados se consideran mal o muy mal informados acerca de las ERs, en particular, acerca de sus efectos secundarios, lo que pone en relieve la necesidad de desarrollar más campañas dirigidas a la población sobre este tipo de enfermedades, que, pese a su prevalencia no cuentan con una Estrategia Nacional para su abordaje. “Si no se ha perfilado una estrategia Nacional de las Enfermedades Reumáticas no es porque no sean frecuentes, ni porque no afecten de forma considerable a la vida de las personas, es por la falta de entusiasmo generalizado frente a estas enfermedades que se traduce en un conocimiento mermado, relegándolas a un segundo plano, sin ser conscientes de que la buena salud articular va a condicionar una buena salud general, y poder asumir hábitos de vida, que pueden influir a tantísimos niveles”, señala en este sentido la presidenta de la SER, que concluye: “Información clara y fiable, cooperación entre niveles asistenciales y apoyo evidente de las autoridades sanitarias son los tres pilares, que junto con una buena educación sanitaria de la población en general, pueden mejorar de forma espectacular, el pronóstico de las enfermedades reumáticas”.