La fibromialgia es, hoy por hoy, un problema de salud grave debido a su elevada morbilidad y prevalencia -entre un 0,2% en hombres y un 4,2% en mujeres en España, lo que se traduce en hasta 2 millones de afectados en nuestro país-.

Además, esta patología, una de las que provoca con más frecuencia dolor crónico en la población y que se caracteriza por un estado doloroso generalizado, no articular, con afectación predominante de los músculos y el raquis y por presentar una hipersensibilidad exagerada en múltiples puntos predefinidos, sin alteraciones orgánicas demostrables, genera un consumo anual muy elevado de recursos sanitarios.

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Sin embargo, “la ausencia de una enfermedad orgánica específica demostrable, la carencia de una prueba diagnóstica confirmatoria objetiva, su asociación frecuente con problemas psicopatológicos y el gran impacto que provoca en los recursos sanitarios del país, provocan que la fibromialgia se considere un proceso de tratamiento complejo y, en ocasiones, conflictivo”. Así lo ha manifestado el doctor Rafael Belenguer, de la Unidad de Fibromialgia del Hospital 9 de Octubre (Valencia) y Vicesecretario de la Sociedad Española de Reumatología (SER), durante la celebración de las VI Jornadas de Actualización en Enfermedades Autoinmunes Sistémicas y Reumatológicas en Valencia.

Este encuentro, organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Valencia, la Unidad de Reumatología del Hospital 9 de Octubre y el Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Hospital Clínic de Barcelona, reúne a más de un centenar de reconocidos expertos en Reumatología, Medicina Interna y Enfermedades Autoinmunes, y está sirviendo para avanzar en el manejo interdisciplinar de las enfermedades autoinmunes sistémicas y reumatológicas, así como de foro de discusión común para los diferentes especialistas implicados en el abordaje de estas patologías.

Desasosiego e impotencia

Con respecto a la fibromialgia, el doctor Belenguer ha añadido que la gran heterogeneidad en la expresión clínica de esta enfermedad, junto con la falta de instrumentos estandarizados para ordenar y clasificar los distintos síntomas y presentaciones clínicas, “contribuyen aún más al desasosiego, y en ocasiones impotencia, que surge al atender a los pacientes”.
Por ello, el experto ha resaltado la importancia de disponer de una clasificación de la fibromialgia basada en su asociación con otras enfermedades, una aproximación, ha explicado, cada vez más utilizada en el ámbito de las enfermedades autoinmunes sistémicas y reumáticas. “Este tipo de clasificaciones o subdivisiones ha demostrado una gran utilidad en la práctica clínica en el manejo de pacientes con enfermedades altamente heterogéneas en su expresión clínica, ya que permiten la identificación de subgrupos de pacientes más homogéneos, candidatos, por tanto, a recibir unas pautas diagnósticas y terapéuticas más individualizadas”.

El doctor Belenguer, junto a los doctores Manuel Ramos-Casals, Antoni Sisó y Javier Rivera, ha realizado una revisión sistemática de la literatura en fibromialgia en la que se concluye que una aproximación diagnóstica y terapéutica óptima en el paciente con fibromialgia debe incluir el máximo grado de individualización, de acuerdo a las características específicas de cada paciente. “En la práctica diaria, suele aplicarse todo lo contrario, y se indican los mismos tratamientos o abordajes a todos los pacientes con fibromialgia, cuando la clasificación de los pacientes en subgrupos más homogéneos permite una individualización mayor del tratamiento y augura un éxito terapéutico mayor”, ha explicado.

En cuanto a la clasificación de los pacientes, el doctor Belenguer ha afirmado: “una adecuada clasificación de los pacientes con esta patología sólo puede realizarse mediante una evaluación diagnóstica individualizada por parte de un equipo multidisciplinario”. En primer lugar, ha añadido, debe confirmarse el diagnóstico de la fibromialgia, para, a continuación, evaluar la existencia de posibles enfermedades sistemáticas asociadas o de procesos crónicos locales y finalmente realizar un diagnóstico preciso sobre los procesos de base psicopatológica. “La obtención de un diagnóstico claro en cada una de estas áreas, así como el análisis en la relación temporal de la aparición de los distintos síntomas o procesos, permitirá la inclusión de cada paciente en cada uno de los distintos subgrupos clasificatorios y, por tanto, un mejor abordaje de su patología”, ha concluido.

Vía: Sociedad Española de Reumatología

Enlace: Subclasificar a los pacientes fibromiálgicos, clave para mejorar el abordaje de la patalología